sábado, 24 de octubre de 2009

Antonio Cisneros







PARACAS


Desde temprano,
crece el agua entre la roja espalda
de unas conchas


y gaviotas de quebradizos dedos
mastican el muymuy de la marea

hasta quedar hinchadas como botes
tendidos junto al sol.

Sólo trapos
y cráneos de los muertos, nos anuncian

que bajo estas arenas
sembraron en manada a nuestros padres.


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